UN BAR, UNA CERVEZA Y SU SONRISA
Entonces me pregunto si suelo frecuentar este bar, a lo que yo respondí: no, llevo semanas siguiéndote y aquí estoy, en ese momento se acerca el camarero y me trae una cerveza y dice: lo de siempre para el de siempre. Ella sonrió, y yo no pude evitar sentirme excitado por esa sonrisa.
Enviado por Díscolo
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Joan Moody.
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